El último del charco
Yo tenía cinco, mi hermano tres.
Mis viejos necesitaban unas vacaciones.
Mis abuelos se ofrecieron de voluntarios.
El Chuy era barato.
Los garotos aún más.
El vomito en la arena.
La frase de mi Madre : ¨que abuelos peligrosos¨
Y bueh, se ve que los límites también se saltan una generación.
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