Sunday, August 27, 2006

After School Special

Había una vez una chica que en sexto grado tuvo su primer maestro de grado. El Señor Horacio.
El tipo era buena onda, dio vuelta la dispocisión del grado y ya no mirabamos al pizarrón ni nos sentabamos de a dos.
Un día faltó el profesor de gimnasia y, mientras los chicos corrían tras una pelota y las chicas juagaban a dios sabe qué, Paula y yo charlabamos con el Señor Horacio. El año se estaba acabando y él nos tiró la bomba: en séptimo separan la división en dos.
Ahí empezo la campaña que terminó en una reunión de padres y alumnos en contra de las autoridades escolares, leasé ¨el director¨ , y dió por resultado que la división siguiera junta el proximo año.
El día del comienzo de clases notamos que había dos sextos grados.
Ellos habían tenido de maestra a Viviana, una salama que nos hizo dibujar abacos en quinto grado, se rió de un compañero que tenía problemas de comportamiento porque su primo había muerto por inhalación de monoxido de carbono de un calefón defectuoso y me había hecho llorar enfrente de todo el grado porque no me pudo explicar una división.
Ellos se separaron. Por ella. Bueno, no sé, por ahí no eran tan unidos.
Yo todavía me acuerdo del Señor Horacio.

1 Comments:

At 12:58 AM, Blogger Apollonia said...

¡Al final era cierta la historia! Después del baile y los tragos yo no sabía si la había soñado o si alguien me la había contado o qué...

Abrazos,

 

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